Te presentamos el «Cartel de Pastoral 2023-24»

Terminamos este curso con el tríptico que comenzamos a elaborar el curso 2021-2022. Durante estos dos años, el monigote, protagonista de nuestra pastoral, y que nos ha representado a cada uno de nosotros, nos ha ido mostrando un camino.

Curso 2021 · 2022

Durante el curso 2021 · 2022, nos propusimos abrir nuestro corazón, profundizar en él para vivir cada cada momento conmáscorazón para conocernos mejor, para amar y para dejarnos amar por los otros y por Dios, tal y como somos. Sabíamos que no era fácil, pero asumimos el reto con alegría.

Curso 2022 · 2023

En el curso 2022 · 2023, conscientes de que aún quedaba mucho por descubrir, fijamos nuestra mirada en el Corazón más puro, el de la Virgen María. Así que nos dejamos arropar por Ella y nos abrazamos a la llama ardiente de su amor para aprender a vivir como Ella concorazóndeMadre.

Curso 2023 · 2024

En este curso 2023 · 2024, queremos dar un paso más y vivir conmásJesús. Él quiere que seamos perfectos y santos como Él…


Para ello…

Queremos dejar que nuestro corazón se llene e ilumine por el amor y la misericordia de Jesús, el SOL que nace de lo alto.

Él nos muestra su amor incondicional que «hace salir el sol sobre malos y buenos». A nosotros nos falta ese amor, pero podemos recibirlo de Cristo, dejando que su amor nos vaya transformando.

Queremos estar abiertos a la Voluntad de Dios y disponibles a lo que Él nos diga y a los hermanos,

simbolizado en los brazos abiertos. La experiencia del amor de Dios nos hace querer a los demás como nosotros somos amados.

Con los rayos azul y rojo, que salen del corazón del monigote –y que nos recuerdan a los rayos de la imagen de la Divina Misericordia–, mostramos que…

queremos vivir nuestro día a día transparentando el amor y misericordia de Dios con nuestras obras,

siguiendo las palabras de nuestro padre San Francisco: «Predicad el Evangelio siempre y si hiciera falta también con palabras», conscientes de que quizá algunos la única palabra de Dios que escuchen sea nuestra propia vida. Nosotros, en Jesús, hemos de aprender a amar como Él.

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