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Pensamientos

  1. La vida del Calvario es la más segura y provechosa para el alma.

 

  1. Renovemos frecuentemente nuestros deseos de perfección y trabajemos por conseguirlos.

 

  1. Los sufrimientos de esta vida me parecen nada, comparados con la dicha de poder recibir diariamente a Jesús Sacramentado.

 

  1. No quisiera, hijas mías, que carecierais ni de lo más mínimo, pero Jesús quiere experimentemos los rigores de la santa pobreza

 

  1. Quiero hacer todos los esfuerzos posibles para mantener el espíritu de pobreza que infundió nuestro seráfico Padre San Francisco.

 

  1. La Divina Providencia bendice y propaga nuestra Congregación mientras más desprovistas de recursos estamos.

 

  1. Las religiosas disipadas y andariegas no podrán ser nunca buenas religiosas y jamás laboriosas ni edificantes.

 

  1. ¡Bendito sea el Señor que tanto nos quiere!

 

  1. Hijas mías, os aseguro que yo moriré en el abatimiento; pero cuando yo muera veréis muy pronto aprobadas nuestras Constituciones.

 

  1. ¡Hijas de poca fe! las obras de Dios son perfectas y para llevarlas a cabo puede emplear el instrumento más débil; y siendo obra suya el instrumento sonará aunque pese al infierno. Vosotras procurad ser buenas religiosas, cumplidoras de nuestras Reglas y Constituciones.

 

  1. Siempre no he querido más que lo que sea para honra de Dios nuestro Señor y el bien más duradero y eficaz para nuestra Congregación. Esto me hace sufrir por muchos conceptos pues, para sostener el espíritu de perfección en una Casa religiosa, se necesita mucha alteza de miras y una asistencia especial de Dios. Confío que no me faltará. Él me ayudará y bendecirá lo que hago puramente por Él.

 

  1. ¡Qué se haga la Santa Voluntad de Dios!

 

  1. No miréis vuestro provecho propio sino la gloria de Dios, de la Congregación y el bien del prójimo.

 

  1. Pido al Espíritu Santo me ilumine diariamente.

 

  1. La oración de la mañana os enseñará cómo debéis llenar vuestros deberes. Si durante el día no cumplimos como debemos es señal de que nuestra oración de la mañana no fue como debía ser.

 

  1. Tratad a todos como extraños y amadlos como hermanos.

 

  1. Quiero que mis religiosas sean pobres, vistan pobremente, pero compuestas según el espíritu de nuestra Santa Regla.

 

  1. En los principios de la vida espiritual el diablo trabaja mucho para hacer perder la vocación. Sean muy fieles a Dios nuestro Señor, devotas de la Santísima Virgen y agradecidas a sus beneficios.

 

  1. No seáis nunca curiosas, porque una religiosa no debe tener tiempo para ocuparse de los demás.

 

  1. Tened mucho recogimiento y en todo dad el olor del buen ejemplo.

 

  1. Sacrifiquémonos por nuestros prójimos, pero no olvidemos que el mejor medio para hacer el bien es estar bien poseídas y penetradas del purísimo amor de Dios.

 

  1. Quiero que seáis religiosas ejemplares, franciscanas perfectas, imitadoras de la insigne pobreza de nuestro Padre San Francisco. Dios, en quien ciegamente debemos confiar, nos sostendrá y dará vida próspera a nuestra Congregación como cosa suya.

 

  1. Observen siempre las reglas de la modestia, discreción y caridad.

 

  1. Acordaos de rogar siempre por la dilatación de la Santa Iglesia, por el Sumo Pontífice y sacerdotes del mundo entero, sin olvidar las Órdenes religiosas especialmente la de nuestro Padre San Francisco en todas sus ramas.

 

  1. Os recomiendo, hijas, la devoción y propagación del Sacratísimo Corazón de Jesús y del Purísimo e Inmaculado de María. Hagan conocer y amar a esta Santísima Madre, Clementísima Reina. Muy especialmente en la imitación de sus virtudes debe descollar y resplandecer el amor que le profesamos como hijas de su Purísimo Corazón.

 

  1. Os recomiendo, hijas mías, la devoción al Espíritu Santo; al despertar encomendaos a Él con fe.

 

  1. Aplíquense al trabajo con celo y perseverancia, pero sin apagar el espíritu de oración que tanto recomendaba nuestro santo Padre San Francisco.

 

  1. En unión de los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María no titubeemos en ofrece los nuestros al Todopoderoso por la conversión de las almas.

 

  1. Corrijan con prudencia, celo y caridad y reciban la corrección con humildad, paciencia y deseo de aprovecharse espiritualmente.

 

  1. Esforcémonos principalmente en formar en las virtudes sólidas el corazón de la juventud, enseñándoles a conocer, amar y servir a Dios.

 

  1. La perfección no consiste en rezar mucho, sino en cumplir bien las obligaciones de nuestro estado.

 

  1. Durante las ocupaciones y trabajos manuales guarden la presencia de Dios.

 

  1. Seamos puntuales, hijas mías, en el cumplimiento de nuestros deberes y reglas.

 

  1. Asistamos con solicitud y tierna caridad a los enfermos; con la dulzura y delicadas atenciones los ganaremos para Dios.

 

  1. Por la dulzura y el amor atraeré los corazones y los encaminaré por la senda del cielo, apartándolos de la perdición eterna.

 

  1. Mucho recogimiento para oír la voz de Dios.

 

  1. Mucho he trabajado para conseguir la paz y por la misericordia de Dios, reina entre nosotras la verdadera unión.

 

  1. Os recomiendo a todas que procuréis vivir en la presencia de Dios y continua oración.

 

  1. Todos mis sufrimientos doy por bien empleados, con tal que se salve un alma.

 

  1. Para no perder el tiempo el mejor medio es tener presencia de Dios.

 

  1. Que nuestras aspiraciones sean únicamente para Dios. Guardad la Regla para que seáis santas.

 

  1. No olvidéis nunca que Dios os trajo a la Vida Religiosa para que os santifiquéis.

 

  1. Mucho orden y caridad unas con otras.

 

  1. Hagamos todas las cosas por puro amor de Dios y roguemos por los que no tienen la dicha de conocerle y amarle.

 

  1. ¡Virgen Santísima, hacedme amar a Jesús!

 

  1. Guardad mucho silencio, pero que no sea ocioso.

 

  1. Quisiera tener siempre a quien obedecer.

 

  1. No desconfiemos jamás de la Providencia Divina.

 

  1. Mucha alegría en las contradicciones.

 

  1. Tengamos por perdidos los momentos que pasemos sin sufrir. Lo mejor que podemos ofrecer a Dios son nuestros padecimientos.

 

  1. ¡Hágase, Señor, tu Voluntad!

 

  1. Guardad mucho silencio para poder tener mucha presencia de Dios.

 

  1. Sed completamente indiferentes a todas las cosas de la vida; no os ocupéis más que del importante negocio de vuestra salvación. Hacedlo todo puramente por Dios.

 

  1. Pedid mucho a Dios que yo haga en todo su santísima Voluntad, ya que tantas y tantas amarguras experimento en este mundo. Que todo me sirva para la santificación de mi alma que es a lo que aspiro.

 

  1. Confío en Dios que de todo me sacará en paz.

 

  1. Cuando miro al cielo, se acrecientan mis deseos de ir por esos mundos a enseñar a las almas a conocer y amar a Dios.

 

  1. «¡Madre mía del Socorro!».

 

  1. Dios nos sacará con bien.

 

  1. La Congregación no es mía, es de Dios. Mientras más escondidas estéis y más retiradas de las criaturas, más agradaréis a Dios.

 

  1. Miren en los niños la persona de Jesús infante.

 

  1. No dejéis nunca, hijas mías, de dar limosna, aún de lo poco que tengáis. No desconfiemos jamás de la Providencia divina.

 

  1. No pasa ni más ni menos de lo que Dios quiere, ¡hágase su Voluntad!

 

  1. Sin celo de almas no se puede ser buena religiosa.

 

  1. Yo cuento con la Providencia del Señor que no nos ha de faltar.

 

  1. Considerad en los enfermos la Persona de nuestro Señor Jesucristo.

 

  1. Complaceos mutuamente en lo que no sea ofensa de Dios.

 

  1. Hacedlo todo con las intenciones con que Él obró acá en la tierra.

 

  1. Nunca vuelvan mal por mal.

 

  1. Acordaos de las almas del purgatorio.

 

  1. Considerad que no estáis al servicio de criatura alguna, sino al de Dios.

 

  1. Una verdadera Franciscana debe albergar sentimientos muy humildes de su propia persona y de amor para con los prójimos.

 

  1. Amad mucho a Dios que nos lo recompensará en el cielo.

 

  1. La enfermedad es la expiación.

 

  1. No os apuréis, que Dios nos dará; nada nos faltará.

 

  1. Tened mucha confianza en Dios.

 

  1. Todo por la Gloria de Dios.

 

  1. Consagraos de todo corazón a vuestro esposo Jesús y sed muy celosas de no faltarle nunca y de corresponderle como es debido. Ejemplo daréis a las criaturas.

 

  1. Mucha prudencia con todos.

 

  1. No hay que apurarse por nada: todo lo que padezcáis sea por Dios nuestro Señor.

 

  1. ¡Esposas de Jesucristo!… cuán obligadas estáis a corresponder a tanto favor.

 

  1. Os encargo haya en vosotras buen espíritu y buena armonía.

 

  1. Que estéis muy unidas; que haya mucha paz y caridad entre vosotras.

 

  1. Por nada os dispenséis de la oración y hacedla con el mayor respeto y atención, y lo mismo la preparación para la Comunión.

 

  1. Ten por costumbre repasar varias veces al día tu conciencia, a ver cómo te comportas con Dios.

 

  1. Tened mucha caridad con esos «angelitos».

 

  1. Adelantad cada día más y más en la virtud.