¿Sabías qué…?
”Esta bienaventuranza nos hace pensar en las numerosas situaciones de guerra que se repiten. Para nosotros es muy común ser agentes de enfrentamientos o al menos de malentendidos. Por ejemplo, cuando escucho algo de alguien y voy a otro y se lo digo; e incluso hago una segunda versión un poco más amplia y la difundo (…). El mundo de las habladurías, hecho por gente que se dedica a criticar y a destruir, no construye la paz. Esa gente más bien es enemiga de la paz y de ningún modo bienaventurada [73].
(…) A esos que se ocupan de sembrar paz en todas partes, Jesús les hace una promesa hermosa: «Ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5, 9)”. (GE 87-88).
Conéctate
Señor Jesús, concede la paz al mundo. Concédenos la paz a cada uno.
Tú que conoces nuestra necesidad de orar constantemente por la paz,
protégenos e ilumínanos para que en nuestros corazones reine siempre la paz.
Amén.
Atrévete con +
Evita las críticas y sé instrumento de paz.