Solidaridad es adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros.
Compromiso, obligación contraída. Palabra dada.
Profundizamos
Es concordia, fraternidad, compañerismo; y, ante todo, generosidad.
Uno de los rasgos de la sociedad actual es el individualismo. Oímos con frecuencia: “Ése es su problema”. Frente a esta respuesta egoísta hacemos una llamada a seguir el camino inverso: “Quiero ser generoso y dedicar mi tiempo, mi esfuerzo y mi aportación a los que sufren, porque me siento en humanidad con ellos”.
El que es solidario aspira a la excelencia sin aparatosidad. Esto no es una idea, sino un ideal, un reto. Un hechizo que nos recorre por dentro y nos empuja a no pasar de largo y defender unos intereses que no son los nuestros. Es una reacción desinteresada, defender al otro, echarle una mano, mirarle a los ojos e intentar tirar de él. Dejamos de ser islas para convertirnos en un archipiélago unido.
Jesús nos invita a vivir el mandamiento del amor. Este amor se concreta en la vida de todos los días en actitudes compasivas y solidarias hacia los demás. “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros” (Jn 13, 34).
Aprendiendo de Madre Carmen
Madre Carmen, pensamiento 21.
Dña. Carmen es una mujer comprometida con las personas necesitadas. Prueba de ello son los años de su vida que dedicó a dirigir las Conferencias de San Vicente de Paúl en Antequera; los ratos que empleaba en visitar y escuchar a los pobres y enfermos de la ciudad… ¡Todo le parecía poco!*
• Podría haber dedicado su tiempo a otras cosas “más importantes”.
*Amor, humildad y fortaleza, 1.ª Ed. pág. 165 · 2.ª Ed. pág. 157. En tu Corazón, pág. 47. En busca de la Sabiduría, cap. “Una larga etapa”.
¿Y tú…?
¿Puntúa tu compromiso, de 0 a 10, con tu familia, en el colegio, con “tu ciudad…”