Música de Paz y Bien · Instrumento de tu Paz



Como Francisco, también nosotros seamos constructores de Paz. Anunciemos la Buena Noticia del Evangelio que llena de serenidad el corazón también en las dificultades. Esta paz nos llevará a la alabanza al Señor y a la reconciliación con todas las criaturas.


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Instrumento de tu Paz…

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La clave está en la Palabra…

Al entrar en la casa, dirigid el saludo de paz. Mt 10, 12

Francisco no había hallado aún plenamente su camino, le faltaba un paso más: dar su verdadero significado a las palabras «reconstruye mi iglesia». Dos años más de sacrificios e incertidumbres, fueron necesarios para que pudiera lograrlo.


Se celebraba la Santa Misa en la Capilla de la Porciúncula. Francisco la ayudaba. Al llegar al Evangelio, el Sacerdote leyó estas palabras: Id y predicad diciendo: ya se acerca el reino de los cielos… no lleváis oro ni plata, ni dinero alguno en vuestros bolsillos, ni alforja para el viaje, ni más de un vestido, ni calzado de repuesto, ni tampoco báculo…


Francisco escuchó como siempre atentamente la lectura del Evangelio y esta vez el texto sagrado descorrió el último velo que nublaba su inteligencia y al punto exclamó sin titubear: «he aquí lo que yo buscaba; he aquí lo que anhelaba mi corazón»; y con su natural espontaneidad, arrojó el bastón; se quitó el calzado, se desnudó y por parecerse a su maestro crucificado, se cortó un hábito en forma de cruz; en vez de una tira de cuero, se ciñó a la cintura una cuerda y se sintió así armado caballero, Caballero de Cristo.


Desde aquel momento sus sueños de aventuras caballerescas se tornaron realidades; cree firmemente que no puede existir Orden de Caballería más noble que la suya, que tiene por enseña a Cristo y a la pobreza por Dama de sus pensamientos.


Pocos días después de aquella memorable lectura del Evangelio, comenzó Francisco a ir todos los días a la ciudad.


A los que encontraba a su paso los saludaba afectuosamente con estas palabras: «Hermanos, el Señor os de paz» y se acercaba a muchos de ellos y les hablaba con sencillez  sobre el Reino de Cristo.

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