Desde el Colegio Nuestra Señora del Rosario en Estelí, Nicaragua, queremos compartir nuestra actividad religiosa del tiempo fuerte de la Cuaresma; preparado por el equipo de pastoral de secundaria: docentes, padres de familia y alumnos. Un momento de reflexión y meditación que nos llevó a recordar los pasos del Vía Crucis que recorrió Jesús.
Nos hemos reunido para acompañar a Jesús a lo largo de su camino de dolor y de amor. Jóvenes lleven la Cruz por el mundo como signo del amor de Jesús a la humanidad, y anuncien a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención. Nadie puede tocar la Cruz de Jesús sin dejar en ella algo de sí mismo y sin llevar consigo algo de la cruz de Jesús a la propia vida.
Jesús con su Cruz recorre nuestras calles para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas y nuestros sufrimientos más profundos. Con la Cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos; con ella, Jesús se une a las familias que se encuentran en dificultad, que lloran la trágica pérdida de sus hijos, o que sufren al verlos víctimas de paraísos artificiales como la droga; con ella, Jesús se une a todas las personas que sufren hambre en un mundo por falta de alimento.
En la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos. Vamos a reflexionar juntos estas estaciones del Vía Crucis que hemos preparado.
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