«SED SANTOS COMO YO SOY SANTO…»

Escribe San Juan: «Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Corderovestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. gritan con voz potente: «¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!
». (Ap. 7, 9-10).

«Con toda la Iglesia celebramos hoy la solemnidad de Todos los Santos. Celebramos, por tanto, la fiesta de la santidad. Esa santidad que, tal vez, no se manifiesta en grandes obras o en sucesos extraordinarios, sino la que sabe vivir fielmente y día a día. Una santidad hecha de amor a Dios y los hermano». (Papa Francisco).

Todos podemos y estamos llamados a ser santos. No es necesario hacer cosas grandes, pues basta con «hacer las cosas ordinarias con un amor extraordinario» (Santa Teresa de Calcuta). Y sabiendo que «a pesar de que somos pequeños, podemos aspirar a la santidad» (Santa Teresita del Niño Jesús). Y a esto llegamos conociendo a Cristo pobre y crucificado. 

El mismo Dios nos invita a participar de una santidad igual a la suya: «Sed santos, porque Yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo». (Lev. 19,2)