¿Es posible que una joven hoy se consagre al Señor?
La respuesta es: ¡SÍ! con mayúsculas.
Y es que Él sigue llamando como lo hizo a las orillas del lago; sigue mirando a los ojos y llenando el corazón de alegría y plenitud; sigue enviado a anunciar a todos el gran amor con que nos ama.
Este gozo es el que nos han transmitido nuestras Hermanas Perla y Gerild al entregar su vida al Señor en nuestra Congregación de HH. Franciscanas de los Sagrados Corazones.
El sábado, 4 de noviembre, nuestras hermanas profesaron temporalmente haciendo realidad una vez más el sueño de Madre Carmen.
Por la profesión, cada hermana se entrega al Señor sumamente amado y es consagrada más íntimamente a su divino servicio. Cuando nos detenemos en cada una de estas palabras de nuestras Constituciones, nos admiramos aún más de la grandeza de la vida consagrada.
Es un don, un regalo que no hemos merecido; pero al que queremos responder con fidelidad, alegría y entrega desde la certeza de experimentar ese don gratuito que el Señor derrama en nuestro corazón a manos llenas.
¡Cuánto corazón volcado en mí! ¡Amor sin tiempo!
¡Bendito sea Dios que tanto nos quiere!
Vídeo de la Profesión Temporal de las Hermanas Perla y Gerild en Convento Ntra. Sra. de la Victoria
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