Octubre con corazón de Madre

«El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 

El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra». 

María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró.»

Cf. Lc 1, 26-36

Solo de una cosa estoy muy cierta: que aquello no fue un sueño. Y que daría toda mi vida por aquel momento…

«ALÉGRATE». «EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO».
«NO TEMAS». 
 

Me precipité a decirle lo que estaba gritando mi corazón desde el primer momento, un «sí quiero» que salía de mí con mucha fuerza…  


  • ¿Cómo me pongo en oración para escuchar lo que el Señor me quiere decir?

  • ¿Sé descubrir a Jesús en los que me rodean? ¿Cómo se nota?

  • ¿De qué manera soy portador de buenas noticias?

V/ El Ángel del Señor anunció a María. 
R/ Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…

V/ He aquí la esclava del Señor. 
R/ Hágase en mí según tu palabra. 
Dios te salve, María…

V/ Y el Verbo se hizo carne. 
R/ Y habitó entre nosotros
Dios te salve, María…

V/ Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/ 
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. 

ORACIÓN
Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, para que los que hemos conocido la Encarnación de tu Divino Hijo, anunciada por el Ángel, por su Pasión y Muerte consigamos la gloria de la Resurrección. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Gloria al Padre… (3).