En todos los Colegios de Madre Carmen, vivimos el mes de marzo con más Jesús

El Corazón abierto de Jesús en la Cruz, nos muestra que no hay Amor más grande que el suyo. Nos quiere tanto que por abrazarnos tiene sus brazos abiertos y espera a que nosotros lo abracemos y sintamos los latidos de su Corazón.

En su Corazón herido y abierto aprendemos a amar de verdad

…y a perdonar siempre, una y otra vez, tal y como hace Jesús con cada uno de nosotros. Abrazar a Jesús es recibir la fuerza de su amor, es dejarse encender e incendiar el mundo entero en una auténtica revolución de ternura. Cuanto más cerca estamos del Corazón abierto de Jesús, más capaces somos de acoger, de amar, de perdonar y de sentir compasión.

Bendita sea tu pureza

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir que ninguno
de los que han acudido a tu protección,
implorado tu asistencia o reclamado tu socorro
haya sido abandonado de Ti.

Animado con esta confianza, a Ti también acudo,
¡oh Virgen, Madre de las vírgenes!;
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.

¡Oh, Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas,
antes bien, escúchalas y acógelas favorablemente.
Así sea.

Corazón de Jesús, de Corazón abierto en la Cruz: acércame a Ti y haz que cuando te mire recuerde que tus brazos permanecen abiertos para abrazarnos y que los míos deben estarlo también para acoger a todos los que pongas a mi lado.

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