El abrazo fraterno…
Un gesto para todo el curso, un gesto para toda la vida
Abrazar a Jesús todos juntos en familia…
Un gesto para toda la familia, un gesto para toda la vida
Un gesto tan simple como es el abrazo a la oración en familia será capaz de modificar muchas actitudes egoístas entre padres e hijos. Es tan fácil como recordar e invitar a la oración con un Padrenuestro y un Ave María. Son esos momentos que siembran semilla y que no se olvidan.
La oración en una familia en la cual están presentes los niños se enriquece infinitamente en virtud de la gran sensibilidad religiosa que tienen los pequeños, especialmente en los primeros años de la infancia. Al ir descubriendo los secretos tesoros de espiritualidad escondidos en los corazones de los niños, los padres también son invitados a ingresar en esa nueva dinámica de encuentro con Jesús, a “hacerse niños” para entrar al Reino de los Cielos (Mc 10,13-16). Asumen el papel de guías espirituales de sus propios hijos y son para ellos sus primeros catequistas. Les enseñan a rezar no sólo con las palabras, sino sobre todo con su testimonio, dado que los niños “absorben” todo lo que ven en su pequeño mundo familiar. Si los hijos ven rezar a sus padres entonces el hábito de oración surgirá en ellos con mayor naturalidad.
El Papa señala que “la familia es Iglesia doméstica y debe ser la primera escuela de oración”.
San Francisco de Asís…
El hombre de los abrazos
El abrazo diario con Jesús lo llevamos todos cerquita del corazón. ¿Te has fijado? Cada día, cuando te pongas el uniforme, te acordarás de abrazar a Jesús como lo hizo San Francisco de Asís. Fíjate bien, en el uniforme, en tu bata, sobre tu corazón, mírate al espejo antes de salir de casa y cuando veas el escudo de tu colegio te acordarás de abrazar a Jesús como lo hizo San Francisco.
En torno a una cruz sumada a una nube, dos brazos cruzados con las palmas extendidas mostrando sendas llagas en las mismas; uno de los brazos aparece desnudo (Jesucristo) y el otro vistiendo el sayal franciscano (San Francisco de Asís). Este símbolo representa la leyenda que cuenta cómo el crucifijo ante el que San Francisco se encontraba en oración descolgó un brazo de la cruz para estrecharse en un abrazo con el santo de Asís.
¿Qué significa ser amigos fuertes de Jesús…?
“Señor, ¿qué quieres de mí?” Beata Madre Carmen
“Vuestra soy, para Vos nací: ¿qué mandáis hacer de mí?” Santa Teresa de Jesús
Dejar que Él penetre en tu alma, actúe a través de tu persona, sea el verdadero protagonista de todas tus acciones y deseos, y dirija toda tu vida.
La Beata Madre Carmen y Santa Teresa de Jesús han propuesto su historia personal como un camino de experiencia para otros. Ellas, como tantos otros han vivido enamoradas del Señor y ansiaban agradarle en todo.
Santa Teresa nos dice que ella llegó a ser “amiga fuerte de Jesús” a través de la oración, que según ella consiste en “tratar de amistad, estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama”.
El amor de Cristo y su amistad no son una ilusión porque el mismo Jesús nos dice: “Yo os llamo amigos”. Jesús quiere ser tu amigo, el que te acompaña en el caminar de cada día, el que está a tu lado en los momentos de dificultad, y no pide nada a cambio.
El modo como los “amigos fuertes de Jesús” se han dejado conducir hacia la santidad es una apasionante aventura interior que nos lleva al pleno encuentro con Dios.
La Vida Consagrada, “vidas abrazadas por el Señor”, nos animan a celebrar junto a ellas
el año 2015 dedicado a la Vida Consagrada.