FELIZ DIA DE LA VIDA CONSAGRADA

Hoy celebramos con toda la Iglesia la
Presentación del Niño Jesús en el Templo y la purificación de su santísima Madre
 
y la Jornada mundial de la Vida Consagrada.    

        

La presentación de Jesús toca el timbre de nuestra
conciencia al recordarnos lo importante que es presentarnos, ofrecernos a Dios.
Este presentarse adquiere diversos matices: primero, la donación que hacemos de
nosotros mismos a Dios al escucharle, al dejar que cada día vaya plasmando su
obra en nuestra vida
. Cada alma en particular fue creada con un fin, con una
misión concreta dentro del plan providente de Dios. Él quiere hablar y
manifestarse en el mundo, pero necesita voluntarios. Otro matiz es la
entrega que hacemos a todos los que vamos encontrando en nuestro camino.
¡Cuánto puede ayudar una sonrisa! Basta un gesto, una actitud. Por último,
dicha presentación asegura, firma un pacto, cuyo cumplimiento tendrá lugar en
el momento de nuestro abrazo definitivo con Dios, cuando cansados de nuestro
peregrinar por esta tierra, le podamos decir a Dios: ¡Valió la pena apostar por
ti! ¡Valió la vida  y la volviera a entregar…!

No son las grandes predicaciones, no son las
grandes obras de apostolado ni los proyectos de gran envergadura los que
suscitan la verdadera admiración de los hombres. El asombro viene cuando detrás
de todo aquello está un hombre que vive de Dios, un hombre que aprendió a
presentarse a Dios y a los demás.


María Santísima es experta en llevar nuestras
obras a buen puerto. Basta una decisión libre y un entusiasmo por lo que
tenemos que hacer.

Las personas consagradas dedican su vida a la afirmación de la verdad,
la bondad y la belleza, a la transmisión de la fe en culturas diversas. Nos
exhortan a la conversión a lo esencial y nos indican los caminos de la
evangelización y de la liberación, de la paz y del progreso.

Y, prestando atención al Espíritu, nos recuerdan, con su palabra
y sus silencios, con su vida y su testimonio, que Cristo es el verdadero modelo
para la vida del hombre y la fuente de la verdadera alegría.

Finalmente, con este vídeo queremos felicitar y unirnos de un modo especial a todos los consagrados. 

Que el Señor siga manteniendo Su llama de amor en nuestros corazones.