¿Aburrirnos…? ¡Para nada!

Pensamos que tal vez os hayáis preguntado ¿qué hace una joven como yo en un lugar como este?

En primer lugar…

Responder al Señor que nos ha llamado.

El día comienza tempranito con el rezo de Laudes, la oración, la celebración de la Eucaristía y, a continuación, también reponemos las fuerzas físicas con el desayuno. Esto sería «llenar el tanque de gasolina».

¿Y después? 

  • Ofrecimiento a la Virgen de nuestro Noviciado.
  • Oficios: lo que corresponda en la limpieza de la casa.
  • Formación: clases y estudio, trabajos o exposiciones sobre diversos temas, según el Plan de Formación de la Congregación. 
  • Recreos: tiempos de expansión y recreo: jugamos, charlamos, compartimos…
  • Y, con el rezo de Completas, termina el día y nos retiramos a descansar.

El día se pasa volando. De aburrirnos, ¡nada!

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