Pongámonos confiadamente en las manos del Señor y, acatando su voluntad, pidamos la gracia que deseamos que Él nos conceda por la intercesión de Madre Carmen del Niño Jesús. Ella siempre decía: «Confío en Dios que de todo me sacará en paz».
Beata Madre Carmen del Niño Jesús, ruega por nosotros.
Comunicar las gracias recibidas, favorece la Causa de Canonización de Madre Carmen del Niño Jesús. Se pueden comunicar los favores recibidos, pedir oraciones y la intercesión de la Beata Madre Carmen a la siguiente dirección: causamadrecarmen@hfscorazones.org
Recordamos el 9 de noviembre de 1899
Nos reunimos hoy, día 9 de noviembre, para celebrar el 124 aniversario de la muerte de la Beata Madre Carmen del Niño Jesús. Para los cristianos, este no debe ser un motivo de tristeza, sino todo lo contrario, debe ser motivo de alegría, porque ella ya goza de la presencia del Señor.
«Madre Carmen se ofrece al Señor, repite jaculatorias, unas se le oyen claramente, otras, por la fuerza de la fiebre y la postración de la enfermedad, las sigue al ser pronunciadas por las pocas hermanas que la rodean. “Y al dirigir su mirada hacia la Iglesia en sus continuas aspiraciones y actos de fe y amor a Jesús quedaba mirando su amado Niño, invocaba a la Madre santísima María bajo la advocación de “Madre del Socorro”.
A la una de la madrugada, las madres del Consejo están junto a la Fundadora y ayudan a la hermana enfermera. Madre María toma la temperatura a la enferma; al ver que el termómetro sube a cuarenta y un grados, con profundo sentimiento lo deja caer. Madre Carmen “con un hondo suspiro y palabras ininteligibles entraba como en agonía”. Avisan al sacerdote, don Miguel le administra la santa unción y reza la recomendación del alma.
[…]A eso de las dos de la mañana, sus ojos se animan, vuelve la mirada hacia las imágenes situadas sobre el pequeño altar allí montado, pronuncia clara y distintamente las siguientes palabras: “¡Madre Mía del Socorro!” y entrega plácidamente su alma a Dios».
(Cfr. Amor, Humildad y Fortaleza)
Madre Carmen en todos los momentos de su vida daba testimonio del amor de Dios a todas las criaturas y alababa a Dios por todo lo creado. Esto lo hacía desde su infancia y en cada una de las etapas de su vida. Por eso podemos oír de sus labios:
«¡Bendito sea Dios que tanto nos quiere!».
Agradezcamos al Señor el inmenso don de la vida de Madre Carmen y el gozo de pertenecer a esta gran familia.
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